miércoles, 30 de septiembre de 2015

Citas: Henri Poincaré

Los matemáticos no estudian los objetos, sino las
relaciones entre los objetos; por tanto, les es indiferente
reemplazar estos objetos por otros, con tal que no
cambien las relaciones. La sustancia no les importa,
sólo les interesa la forma.

Henri Poincaré



Disquisitiones Arithmeticae

Gauss inicia sus investigaciones sobre teoría de números durante su estancia en el Collegium Carolinum, en 1795. Pero acomete la elaboración de las Disquisitiones a lo largo de su estancia en la Universidad de Göttingen entre 1795 y 1798. Lo sabemos gracias a su diario científico en el que ya en 1796 aparecen dos de sus resultados más brillantes: la descomposición de todo número entero en tres triangulares y la construcción del heptadecágono regular. Ambos recogidos en las Disquisitiones.

A finales de 1798 Gauss entregará el manuscrito a un editor de Leipzig, pero dificultades económicas retrasarán la publicación hasta el verano de 1801

Con las Disquisitiones, Gauss da una nueva orientación a la Teoría de Números, dejando de ser ésta una acumulación de resultados anecdóticos aislados para convertirse en una rama de las matemáticas tan importante como el análisis o la geometría

En el prefacio, Gauss explica el contenido de esta obra, advirtiendo que tratará sobre los números enteros, excluyendo a menudo los fraccionarios y siempre a los irracionales, los sordos como se les conocía hasta entonces. Su discurso tratará no de los temas de numerar y calcular, de los que se dedica la Aritmética elemental, sino de los aspectos propios de los números enteros de los que se ocupa la Aritmética Superior. En él afirma que en esa época desconocía muchos de los resultados contemporáneos: 
“desconocía todas las que habían sido elaboradas por los más modernos en este campo y estaba privado de todos los recursos mediante los cuales habría podido ayudarme un poco en estas cuestiones”. 
Las Disquisitiones están organizadas en siete secciones:

1. Números congruentes en general
2. Congruencias de primer grado
3. Residuos de potencias
4. Congruencias de segundo grado
5. Formas y ecuaciones indeterminadas de segundo grado
6. Aplicaciones de las nociones anteriores
7. Ecuaciones de las secciones de un círculo.

Un gran descubrimiento, una conquista revolucionaria de notación aritmética: las congruencias

Dados dos números enteros a y b si su diferencia (a - b ó b - a) es exactamente divisible por el número m, decimos que a, b son congruentes respecto al módulo m , y simbolizamos esto escribiendo a ≡ b (mód m). Así, 100 ≡ 2 (mód 7), 35 ≡ 2(mód 11). 

La ventaja de esta notación es que recuerda la forma en que escribimos las ecuaciones algebraicas, trata la divisibilidad aritmética con una breve notación y permite "sumar, restar, multiplicar… congruencias", con tal de que el módulo sea el mismo en todas, para obtener otras congruencias. Y permite estudiar ecuaciones con congruencias: ax + b ≡ c (mód m)

Como colofón a las dos primeras secciones Gauss aplica estos métodos a problemas históricos como el de dado un número A determinar la cantidad de números primos con A y menores que él. ¿Se trata de la célebre función? (A) introducida por Euler. Dando una fórmula general para su cálculo: Si A = a m b n c p... siendo a, b, c, ... primos,

ƒ(A) =


Y termina con la demostración del teorema fundamental de las congruencias polinómicas . Una congruencia de grado m, Ax^m+ Bx^(m-1)+ ... +Mx + N≡0 (mod p) cuyo módulo p es primo que no divide a A, no puede resolverse de más de m maneras diferentes o no puede tener más de m raíces no congruentes con relación a p.

En la secciones 3ª y 4º Gauss aborda los residuos cuadráticos y de potencias superiores. Dados r y m números enteros donde r no es divisible por m, si existe un número x tal que x^2 ≡ r (mód m), decimos que r es un residuo cuadrático de m, en caso contrario decimos que r es un no-residuo cuadrático de m. 
Por ejemplo: 13 es residuo cuadrático de 17, pues la ecuación x^2 ≡ 13 (mód 17) tiene soluciones x = 8, 25, 42

Demuestra Art. 49 y 50 el Pequeño Teorema de Fermat: 
Si p es un número primo que no divide a a, a p -1 – 1 es siempre divisible por p. 

Y el de Wilson: 
El producto de todos los números menores que un número primo dado, aumentado en una unidad es siempre divisible por dicho número

En la sección 4ª Gauss nos proporciona la primera demostración de la ley de reciprocidad cuadrática, a la que denomina Theorema aureum. Art. 131 y siguientes:

Si p es primo de la forma 4n + 1, +p será un residuo o un no-residuo de todo primo que tomado positivamente sea un residuo o un no residuo de p. Si p es de la forma 4n + 3, -p tiene la misma propiedad.

En un lenguaje más asequible, existe una reciprocidad entre el par de congruencias x^2 ≡ (mód p), 

x^2 ≡ p (mód q) en la que tanto p como q son primos; ambas congruencias son posibles o ambas son imposibles, a no ser que tanto p como q den el resto 3 cuando se dividen por cuatro, en cuyo caso una de las congruencias es posible y la otra no.

Gauss contaba con esta demostración desde 1796, a los 19 años. Euler y Legendre lo habían intentado sin éxito como muy bien comenta el propio Gauss en el art. 151. Sólo por esta demostración Gauss ya debería ser considerado como uno de los matemáticos más potentes de la época. Pero habría más, dentro de la misma obra.

Las secciones 6ª y 7ª tratan de las formas cuadráticas y sus aplicaciones. 

Un número entero M puede representarse mediante la expresión ax^2 + 2bxy + cy^2 = M, donde a, b, c, x e y son números enteros.

A la expresión F = ax^2 + 2bxy + cy^2 Euler la denominó forma cuadrática. 

Euler ya había utilizado las formas cuadráticas para abordar problemas de números enteros. El problema directo consiste en determinar todos los enteros M que se pueden representar por una forma dada. El inverso, y más interesante, consiste en dados M y a, b y c, encontrar los valores de x e y que representan a M.

Para Gauss el objetivo del estudio de formas es demostrar teoremas de teoría de números. Y a lo largo de la sección nos irá proporcionando unas cuantas joyas, algunas de ellas de incalculable valor. Una de ellas le hizo escribir el 16 de julio de 1796, en su diario, una de sus pocas manifestaciones de júbilo. (Ver imagen al final)

La alegría estaba más que justificada. El joven Gauss acababa de resolver uno de los retos del viejo Fermat. Y no un reto cualquiera; hasta el gran Euler se había estrellado con él. Esta vez Gauss iba a ser el primero en la historia en proporcionar la respuesta a uno de los innumerables enigmas de Fermat:

Todo número entero positivo se puede escribir como suma de tres números triangulares
La demostración de este resultado aparece en el art. 293 y es una consecuencia del estudio que Gauss realiza de las formas ternarias. 

Sección 7ª. De las ecuaciones que definen las secciones del círculo

¿Qué tienen que ver las funciones que dependen del círculo, tan en boga a finales del siglo XVIII, como afirma el propio Gauss en el artículo de introducción de esta sección, con la aritmética superior, con la teoría de números?

El joven Gauss no se resiste a la tentación de incluir una sección que contenga su primer resultado estrella, aquel que en bifurcación vital del Collegium le inclinó a decantar su vida por el camino de las matemáticas en detrimento de las lenguas clásicas: la construcción con regla y compás del polígono regular de 17 lados. Aunque en apariencia este resultado tenga más que ver con la geometría o con el análisis que con la aritmética de números enteros.

Gauss va a dejar para su último artículo, el 366, un resultado que permite decidir los polígonos regulares construibles con regla y compás:

[Para poder seccionar geométricamente el círculo en N partes iguales]... se requiere que N no contenga ningún factor primo impar que no sea de la forma 2m +1, ni tampoco ningún factor primo de la forma 2m +1 más de una vez. De esta forma, se encuentran los 38 valores de N menores que 300:

2, 3, 4, 5, 6, 8, 10, 12, 15, 16, 17, 20, 24, 30, 32, 34, 40, 48, 51, 60, 64, 68, 80, 85, 96, 102, 120, 128, 136, 160, 170, 192, 204, 240, 255, 256, 257, 272.

En aquel verano de 1801 Gauss había entrado con todos los honores en el parnaso de los genios matemáticos. A partir de este momento, y como vaticinara Bolyai a su madre en Brunswick, hacía sólo unos pocos años, Gauss se había convertido en el matemático más grande de Europa.


Anotación en el caótico cuaderno personal de #Gauss (10 de julio 1796). En ellas se lee: "¡Eureka! num= Δ + Δ + Δ" ¿Qué descubrió?
Posted by James Tesen Garay on mercredi 9 juillet 2014

Fuentes recomendadas en este blog

Disquisitiones Arithmeticae (versión española).
Biografía de Carl F. Gauss.

Otras fuentes que le pueden interesar

Citas: Princeps mathematicorum(Alexander von Humbolt).

martes, 29 de septiembre de 2015

Teorema fundamental del álgebra

El primer intento que se hizo para demostrar el teorema lo hizo d’Alembert en 1746. Su demostración tenía un fallo, en tanto que asumía implícitamente como cierto un teorema (actualmente conocido como el teorema de Puiseux) que no sería demostrado hasta un siglo más tarde. Entre otros Euler (1749), de Foncenex (1759), Lagrange (1772) y Laplace (1795) intentaron demostrar este teorema. La prueba correcta (y el nombre) tuvo que esperar a la tesis doctoral de Carl Friedich Gauss en 1799. ‪Gauss‬ ideó su prueba cuando tenía 20 años.

El título de su tesis: Demonstratio nova theoremattis omnem functionem algebraicam rationalem integram unius variabilis in factores reales primi vel secundi gradus posse, (Nueva demostración del teorema que dice que toda función algebraica racional puede descomponerse en factores de primer o segundo grado con coeficientes reales).

El título contiene un ligero error que hará aún más grande al joven Gauss. No es una nueva demostración, es la primera demostración completa de la historia del Teorema fundamental del álgebra. El sueño del gran Euler. El presidente del tribunal es el mejor matemático germano de la época, Johann Friedrich Pfaff. 

Que este teorema cautivó a Gauss lo demuestra el hecho de que realizara tres demostraciones más del mismo. La segunda en 1815, basada en las ideas de Euler, rehuye los planteamientos geométricos y es el primer intento serio de una demostración exclusivamente algebraica. En la de 1816 ya utiliza expresamente los números complejos y de paso realiza una crítica a los intentos de otros matemáticos basados en métodos analíticos. La última demostración realizada en 1849 con motivo del cincuentenario de su tesis, es muy similar a la primera, pero en ella Gauss extiende el campo de variación de los coeficientes a los números complejos.



La tesis doctoral de C. F. #Gauss es la primera demostración completa del teorema fundamental del álgebra. El sueño del gran Euler.
Posted by James Tesen Garay on mardi 16 juin 2015

Fuentes recomendadas en este blog

Disquisitiones Arithmeticae (versión española).
Reseña y contenido del Disquisitiones Arithmeticae.
Biografía de Carl F. Gauss.

Otras fuentes que le pueden interesar

Citas: Princeps mathematicorum(Alexander von Humbolt).

lunes, 28 de septiembre de 2015

Carl Friedrich Gauss

Carl Friedrich Gauss (1777-1855)

Cuando Gauss tenía diez años de edad, su maestro solicitó a la clase que encontrará la suma de todos los números comprendidos entre uno y cien. El maestro, pensando que con ello la clase estaría ocupada algún tiempo, quedó asombrado cuando Gauss, levantó en seguida la mano y dio la respuesta correcta. Gauss reveló que encontró la solución usando el álgebra, el maestro se dio cuenta de que el niño era una promesa en las matemáticas.

Hijo de un humilde albañil, Gauss dio señales dio señales de ser un genio antes de que cumpliera los tres años. A esa edad aprendió a leer y hacer cálculos aritméticos mentales con tanta habilidad que descubrió un error en los cálculos que hizo su padre para pagar unos sueldos. Ingresó a la escuela primaria antes de que cumpliera los siete años.

Cuando tenía doce años, criticó los fundamentos dela geometría euclidiana; a los trece le interesaba las posibilidades de la geometría no euclidiana. A los quince, entendía la convergencia y probó el binomio de Newton. El genio y la precocidad de Gauss llamaron la atención del duque de Brunswick, quien dispuso, cuando el muchacho tenía catorce años, costear tanto su educación secundaria como universitaria. Gauss, a quien también le interesaban los clásicos y los idiomas, pensaba que haría de la filología la obra de su vida, pero las matemáticas resultaron ser una atracción irresistible.

Cuando estudiaba en Gotinga, descubrió que podría construirse un polígono regular de diecisiete lados usando sólo la regla y el compás. Enseñó la prueba a su profesor, quién se demostró un tanto escéptico y le dijo que lo que sugería era imposible; pero Gauss demostró que tenía la razón. El profesor, no pudiendo negar lo evidente, afirmó que también él procedió de la misma manera. Sin embargo, se reconoció el mérito de Gauss, y la fecha de su descubrimiento, 30 de Marzo de 1796, fue importante en la historia de las matemáticas. Posteriormente, Gauss encontró la fórmula para construir los demás polígonos regulares con la regla y el compás.

Gauss se graduó en Gotinga en 1798, y al año siguiente recibió su doctorado en la Universidad de Helmstedt. Las matemáticas no fueron el único tema que le interesó a este hombre; fue también astrónomo, físico, geodesta e inventor. Hablaba con facilidad varios idiomas, e inclusive dominó el ruso a la edad de sesenta años.

A principios del siglo XIX, Gauss publicó sus Disquisiciones aritméticas, que ofrecían un análisis lúcido de su teoría de números, comprendiendo las complicadas ecuaciones que confirmaban su teoría y una exposición de una convergencia de una serie infinita.

Estudió la teoría de los errores y dedujo la curva normal de la probabilidad, llamada también curva de Gauss, que todavía se usa en los cálculos estadísticos.

En 1801, utilizando su método de mínimos cuadrados va a fijar la órbita de Ceres a partir de las pocas observaciones de Piazzi. En 1807 obtuvo la cátedra de Astronomía en la Universidad de Gotinga y la dirección de su observatorio astronómico, permaneciendo en esos cargos hasta el final de su vida.

Las aportaciones de Gauss en la Matemática fueron extraordinariamente amplias y en todas las ramas que trabajó dejó una huella indeleble. Realizó investigaciones en Álgebra, en 1799 realizó la primera demostración del Teorema Fundamental del Álgebra, en Teoría de Números, Geometría Diferencial (1827, Disquisitiones generales circa superficies curvas), Geometría no Euclídea, Análisis Matemático, Geodesia (triangulación de Hannover), Astronomía Teórica (Theoria motus corporum coelestium), Teoría de la Electricidad y el Magnetismo (Allgemeine Theorie Erdmagnetismus, 1839).

Después de su muerte, por iniciativa del Rey de Hannover, fueron acuñadas monedas en las que se calificaba a Gauss como Princeps mathematicorum (Príncipe de los matemáticos), apelativo que hasta hoy permanece vinculado a su nombre. Como cita Sartorius von Waltershausen: "Gauss fue sencillo y sin afectación desde su juventud hasta el día de su muerte. Un pequeño estudio, una mesita de trabajo con un tapete verde, un pupitre pintado de blanco, un estrecho sofá, y, después de cumplir los 70 años, un sillón, una lámpara con pantalla, una alcoba fresca, alimentos sencillos, una bata y un gorro de terciopelo eran todas sus necesidades".

ANEXO (241 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE GAUSS)

El doodle de hoy, diseñado por el artista invitado Bene Rohlmann, incluye una ilustración de Gauss junto con su amado hepatadecágono, entre otras imágenes que representan las distintas disciplinas matemáticas que estudió.

241 Aniversario del nacimiento de Johann Carl Friedrich Gauss
© Bene Rohlmann.

El doodle de hoy conduce a la búsqueda de "Johann Carl Friedrich Gauss" y se coparte en la página principal de Google en los EE. UU., junto con otros países como Alemania, el Reino Unido, Rusia, Japón, Perú, Argentina y Chile. Aquí está el doodle completo, junto con dos borradores iniciales compartidos en el blog de Google.

Fuentes recomendadas en este blog

Disquisitiones Arithmeticae (versión española).
Reseña y contenido del Disquisitiones Arithmeticae.
Teorema fundamental del Álgebra.

Otras fuentes que le pueden interesar

Sobre la forma del Universo y Fundamentos de la Geometría Moderna.
Cita el príncipe de los matemáticos . (Alexander von Humboldt).
¿Ya se sabe "todo" en matemática?.


Disquisitiones Arithmeticae (versión española)


Cubierta


Esta es la versión digital de la primera traducción española de las Disquisitiones Arithmeticae de Carl Friedich Gauss, que fue publicada por la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales en el año 1995, edición única que se encuentra agotada desde hace varios años. La traducción española fue realizada por los matemáticos de Costa Rica: Hugo BarrantesMichael Josephy y Ángel Ruiz, en un trabajo que tomó casi 10 años para realizarse, debido a múltiples circunstancias. Se puede consultar algunas reseñas de esta publicación. Por ejemplo: en Mathematical Reviews de la American Mathematical Society (1996), cuyo texto reproduce también la European Mathematical Society en su MATH Data Base 1931-2006 del año 2006. Y, también, una reseña en español que hizo el matemático colombiano Víctor Albis.

La traducción española toma como base la versión latina original, que hoy se encuentra disponible gratuitamente en Internet. A manera de anécdota, deseamos mencionar que cuando iniciamos nuestra obra se tuvo que comprar las Obras Completas de Gauss para poder disponer de esa versión, las que entonces tenían un precio muy considerable.

Se trata de la obra maestra de Gauss, escrita cuando era muy joven. En las Disquisitiones, Gauss realizó una contribución fundamental a la teoría algebraica de números, un campo de gran vitalidad e interés hasta nuestros días; contiene, entre otras cosas, el primer análisis sistemático de las formas cuadráticas binarias, las primeras pruebas rigurosas del Teorema de Reciprocidad Cuadrática, el tema de la ciclotomía y la construcción de un polígono regular de n lados por medio de regla y compás.

Esta obra de Gauss ha despertado a lo largo de muchos años el entusiasmo y la creatividad de muchos matemáticos por la Teoría de Números. Algunas referencias recientes de publicaciones interesantes que usted puede consultar son las que citamos a continuación.

Memorias de la Conference on Quadratic Forms and Their Applications, Dublin, 5-9 de julio 1999, editado por Eva Bayer-Fluckiger, David Lewis y Andrew Ranicki.
Algunos artículos del joven matemático Manjul Bhargava, que aparecieron en Annals of Mathematics. en el año 2004:

También, en el 2006 salió el libro:

En esta versión digital usted puede encontrar, además, imágenes del manuscrito del famoso Diario de Gauss, y del cual una traducción en alemán puede encontrarse en la red.

Esta versión digital reproduce en el formato pdf de manera exacta los contenidos matemáticos de la versión impresa. Los autores esperan que de esta manera pueda ser útil a los estudiosos de la Teoría de los Números en el mundo hispanoparlante.

Se desea expresar nuestro agradecimiento a la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales por dar su autorizacián para hacer pública esta versión digital. Y, también, al Centro de Investigaciones Matemáticas y Meta-Matemáticas de la Universidad de Costa Rica por dar su apoyo a esta nueva iniciativa.

      Ángel Ruiz
      Director
      Centro de Investigaciones Matemáticas y Meta-Matemáticas
      Universidad de Costa Rica
      4 de junio del 2008.

Fuentes recomendadas en este blog

Reseña y contenido del Disquisitiones Arithmeticae.
Biografía de Carl F. Gauss.

Otras fuentes que le pueden interesar

Citas: Princeps mathematicorum(Alexander von Humbolt).

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Seis grados de separación

Por Adrián Paenza:
Seguro que usted, de una u otra forma, escuchó hablar de los “seis grados de separación”. Seguro que usted también se habrá preguntado: ¿seis “grados”?, ¿grados de qué?, ¿de separación de qué?, o ¿de quién? 
Téngame un par de párrafos de paciencia y buscamos juntos algunas respuestas. Sígame por acá. 
¿Cuántas personas conoce usted? Ya sé, muchísimas. A casi todos nos pasa lo mismo. Sin embargo, quiero ser un poco más cuidadoso con lo que quiero decir por “conocer”. Por ejemplo, usted seguro que escuchó hablar de Maradona y, por lo tanto, podría decir que lo conoce. 
Pero yo no me refiero a esa forma de conocer a alguien. No. Digamos que para decir que uno “conoce” a alguien tiene que haberle dado la mano alguna vez. Aunque haya sido en una sola oportunidad. 
Sigo. Voy a decir entonces que todas las personas que usted “conoce”, están a un grado de distancia de usted. Es sólo una forma de medir esa distancia. Ahora bien. Cada persona que usted conoce, tiene a su vez, un grupo de “conocidos”. Seguramente, hay muchos de ellos que son conocidos suyos también, pero casi seguro que hay otros que no tienen ni tuvieron ningún contacto con usted. Bien. Justamente esos, están a dos grados de separación de usted. 
Por ejemplo: como yo alguna vez le di la mano a Maradona y a Michael Jordan, toda persona que me conoce a mí, está a distancia dos de ellos (salvo que los conozcan por las suyas). Y viceversa. 
Más aún: como Maradona le dio la mano a Fidel Castro y a Hugo Chávez, eso significa que yo estoy a distancia dos de ellos, pero mi hermana Laura que no conoce a Diego –creo–, está a distancia tres de los presidentes.
Pregunta: los hijos de mi hermana (mis sobrinos), ¿a qué distancia están de Fidel y de Chávez? (piense la respuesta antes de seguir).
Si pensó que estaban a cuatro, la/lo invito a pensar de nuevo (pero hágalo antes de seguir leyendo). Es que como yo –obviamente– conozco a mis sobrinos, ellos también están a distancia tres de los presidentes de Cuba y Venezuela, sin necesidad de usar a mi hermana como intermediaria.
Ahora vuelvo al problema original de los “seis grados de separación”. Hay una teoría que está dando vuelta desde principios del siglo XX, más precisamente desde 1929, cuando el escritor húngaro Frigyes Karinthy escribió en una historia llamada “Cadenas” lo siguiente: 
“Dadas dos personas cualesquiera en el mundo, en promedio, están a seis grados de separación.” 
Hasta allí, pocos prestaron atención a este resultado que parecía más de ficción que de posible realidad. En 1950, Ithiel de Sola Pool desde el MIT (Massachusetts Institute of Technology) y Manfred Kochen (de IBM) quisieron probar la teoría usando recursos matemáticos, pero no pudieron. 
Pero, 17 años más tarde, en 1967, el sociólogo Stanley Milgram condujo un experimento desde Harvard (ver subnota) y concluyó que la teoría ¡era cierta! 
De todas formas, si bien este resultado causó en principio asombro y, por supuesto, incredulidad, parecía un tema menor y sólo reducido al ámbito de una observación más dentro del área de las Ciencias Sociales. En todo caso, no parecía tener ninguna consecuencia seria. 
Sin embargo, el tema fue reflotado treinta años después por dos matemáticos norteamericanos, Duncan Watts y Steven Strogatz, profesores en las universidades de Columbia y Cornell, respectivamente. 
Los dos pretendieron “recrear” las condiciones de Milgram, pero ahora, aprovechando las técnicas más modernas que ofrecía el siglo XXI. Por ejemplo, usar Internet.
Watts, que estaba haciendo su tesis doctoral, decidió usar los “correos electrónicos” en lugar de las encomiendas o cartas que usaba el experimento de Milgram. Y también se sorprendió. 
Eligió cerca de 50.000 personas para que fueran los que “mandaran” los correos electrónicos. Ellos serían los encargados de “iniciar” las cadenas. Pertenecían a 157 países. A cada uno de ellos le encomendó ponerse en contacto con un “destinatario final” seleccionados de una lista de 19 personas. 
Después de ordenar los resultados, Watts y Strogatz descubrieron que el promedio de intermediarios había sido... ¡seis personas! 
Watts publicó un libro con sus investigaciones (Six Degrees: The Science of a Connected Age, publicado por la editorial Norton en el año 2003). Allí hay un detalle de los diferentes usos que él encontró para la teoría. Entre otros, se utiliza para estudiar la transmisión de enfermedades contagiosas (por ejemplo el sida), para entender cómo se expanden las epidemias, o cómo se esparcen los rumores (incluso el famoso “boca en boca”), en la teoría de redes, en la teoría de grafos, para el diseño de circuitos en algunas computadoras, para saber cómo la gente busca (y encuentra) trabajo, para el análisis de cómo funcionan los “buscadores” de Internet como Google, Yahoo, Altavista, etc. 
Con este tema, además, se han hecho una película y una obra de teatro: Seis Grados de Separación, de John Guare, y Small World (Mundo Pequeño), una obra escrita por el novelista británico David Lodge. 
Además, hay comprobaciones en curso que tienen más que ver con otros aspectos de la vida real. Una involucra al famoso actor Kevin Bacon. Watts y Strogatz tomaron una base de datos en donde figuran todos los actores/actrices que hayan actuado alguna vez en alguna película (“incluyendo películas mudas o hechas en la India, o lo que sea”, como dice Strogatz). Allí figuran más de 350.000 actores y, naturalmente, cada vez la cantidad es mayor. Los que participan usan esta base de datos para jugar al juego llamado “Seis Grados de Separación de Kevin Bacon”, que permite calcular la distancia a la que está todo posible actor del propio Bacon. Aquellos que trabajaron con él en alguna película, están a distancia uno. Los que no lo hicieron, pero trabajaron con alguno que sí trabajó con él, están a distancia dos. Y así siguiendo. 
Los datos que figuran más arriba están basados en artículos publicados por Polly Shulman en 1998 en la revista Discover, por Will Knight en el año 2003 en la revista New Scientist y por Thomas Berman en el 2006 de la cadena ABC. Los aciertos, obviamente, son todos de ellos. Las erratas, en cambio, me pertenecen exclusivamente.

Seis grados de separación: El experimento de Stanley Milgram

Milgram testeó la teoría usando un método que llamó “el problema del Mundo Pequeño”.

Eligió al azar gente en dos ciudades del Medio Oeste de Estados Unidos (Wichita y Omaha). Cada una de estas personas tenía que enviar un paquete a quien se le indicaba. Los destinatarios –en principio desconocidos para los remitentes– vivían todos en Massachusetts, en el área de Boston. Los remitentes sólo conocían el nombre del destinatario, la ocupación y el barrio.

Les explicaban también que si no conocían a la persona a la que debían hacer el envío (que era lo más probable), entonces, debían elegir a alguna persona que ellos sí conocieran y que supusieran o pensaran que a ésta le sería más fácil acceder al destinatario del paquete.

Esta nueva persona tenía que repetir el procedimiento, hasta que la encomienda –eventualmente– llegara al destinatario final. Y si en algún momento no sabían cómo avanzar, debían mandar una carta a Harvard explicando el problema.

En definitiva, si el paquete llegaba a Boston, los científicos sabían exactamente por cuántas personas había pasado en el medio y, además, quiénes eran.

Por otro lado, para envíos que no llegaban a destino, las cartas que sí llegaban a Harvard identificaban el lugar en donde se había estancado “para siempre” el proyecto, al menos, en ese caso particular.

Obviamente, la mayoría de los que participaron, pensaron que la cadena incluiría a cientos de intermediarios. Sin embargo, para sorpresa de casi todos, no fue así. En realidad, en promedio la cadena tenía entre cinco y siete participantes.

martes, 22 de septiembre de 2015

Demostraciones del Teorema de Pitágoras


Uno de los resultados matemáticos, o mejor dicho, uno de los Teoremas más conocidos en todo el mundo es el famoso Teorema de Pitágoras. Pero no sólo es el más conocido, también es uno de los teoremas que ha perdurado en la memoria colectiva por incontables generaciones.

Ambas proposiciones son demostradas por Euclides. Con el paso del tiempo y el desarrollo de las matemáticas, se han realizado otras demostraciones de diversos tipos que han hecho matemáticos en distintas épocas y en distintos contextos.


El teorema de Pitágoras en Euclides

Euclides da dos demostraciones del teorema de Pitágoras en los Elementos, una que no usa proporciones y otra basada en la teoría de la proporción. Las dos demostraciones prueban algo más que el teorema. Ver la demostración de Euclides en este enlace.

El Teorema de Pitágoras es uno de los resultados más importantes y conocidos de las matemáticas a nivel mundial. Ha perdurado varios siglos en la memoria colectiva de las personas y quizá siga siendo tan importante, como lo es ahora, en el futuro.

Otras demostraciones del teorema de Pitágoras

Estoy seguro de que todos saben de que hablo si nombre el teorema de Pitágoras. Es uno de esos resultados que se nos quedan grabados a todos desde el colegio. Pero probablemente mucha gente no haya visto o no recuerde ninguna demostración de este hecho y no sepa cómo demostrarlo.

Hay muchísimas demostraciones de este teorema (en la Wikipedia puedes ver unas cuantas). Yo les recomiendo seguir a gaussianos.com donde nos presenta una que particularmente me parece muy sencilla de comprender. También nos cuenta una demostración singular: la demostración del presidente.

El profesor Pedro Miguel González Urbaneja describe de forma, cronológica, algunas de las más famosas demostraciones, que lo son, tanto porque se les ha podido atribuir a un personaje histórico concreto, matemático o no, como porque gozan de una gran claridad y sencillez.

El teorema de ‪Pitágoras‬ es el más demostrado de la historia: se supone que pasan de mil la demostraciones hechas. Les dejo por aquí más de 100 demostraciones amigos.

ELEMENTOS: Proposición I.47 y su converso la proposición I.48

El llamado Teorema de Pitágoras en la Proposición I.47 de Los Elementos de Euclides

El primer Libro I de Los Elementos de Euclides termina con el teorema más importantes de la Geometría elemental: El Teorema de Pitágoras y su recíproco (las Proposiciones I.47 y I.48), donde alcanza una verdadera apoteosis geométrica la forma magistral y sumamente bella con que el maestro alejandrino realiza la proeza de demostrar el legendario teorema, con una lógica impecable, una inusitada elegancia y una modesta economía de elementos geométricos construidos de forma muy cuidadosa en las proposiciones anteriores.

Proposición I.47. En los triángulos rectángulos el cuadrado del lado que subtiende el ángulo recto es equivalente a los cuadrados de los lados que comprenden el ángulo recto.

Al no poder utilizar las proporciones en forma pitagórica –por la presencia inexorable de las magnitudes inconmensurables– que suponen la aplicación de la semejanza –que no aparecerá en Los Elementos hasta el Libro VI–, Euclides agudiza el ingenio y obtiene el magnífico resultado aplicando para su demostración, además de algún que otro postulado y axioma, elementos muy simples de Geometría elemental, estudiados previamente. 

El Teorema de Pitágoras y su inverso –Proposiciones I.47 y I.48 de Los Elementos de
Euclides– en la edición de Rodrigo Çamorano, primera en idioma castellano, Sevilla,
1576
Por desgracia la sencilla demostración de la Proposición I.48 se ignora en los libros de texto aunque es utilizada implícitamente tanto como el propio Teorema de Pitágoras y ello desde los antiguos agrimensores egipcios. De hecho, es curioso que mientras cualquier persona se enfrenta al Teorema de Pitágoras en su etapa escolar, muy pocas personas conocen la demostración del teorema inverso, aunque están seguros de su legitimidad y de hecho lo aplican cuando es necesario. Las dos proposiciones, I.47 y I.48 constituyen una unidad secuencial con la que se alcanza un brillante clímax geométrico en el colofón del Libro I de Los Elementos, ya que tomadas en conjunto caracterizan por completo los triángulos rectángulos, es decir:

Proposicón I.48. Un triángulo es rectángulo si y sólo si el cuadrado sobre la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados sobre los catetos.

En la Introducción general de la edición de Gredos de Los Elementos de Euclides (Libro I, pp.66–67), así como en el capítulo 4.2.4 de su obra La Trama de la Demostración (Alianza Editorial. Madrid, 1990, p.321), Luís Vega escribe:

"El carácter elemental de I.47 y I.48 convierte ambos teoremas en un broche de oro del Libro I desde un punto de vista disciplinario; son una viva muestra de la capacidad de Euclides para dominar por medios relativamente sencillos buena parte de la tradición geométrica antigua. […]. La prueba de esta versión, a todas luces propia de Euclides, discurre al margen de la teoría de la proporción y del recurso a la semejanza de triángulos […] lo que contribuye a hacer significativa la opción de Euclides en el contexto del Libro I, por un desarrollo inicial y sistemático en los términos elementales de la aplicación y transformación de áreas.[…]. Revela, además, la capacidad de Euclides para reconstruir de modo sistemático un legado antiguo y forjar nuevas pruebas que se adecuen a esta reconstrucción".

El milagro de Arquímedes: los barcos que flotan


El Principio de Arquímedes permitió a los navegantes colocar una barca encima del agua para poder transportarse a lugares distantes y cortar distancias entre pueblos costeros, al mismo tiempo acrecentar el comercio de diversos valores. Fue precisamente la tenacidad y audacia de los seres humanos que han habitado y participado de la historia del mundo, quienes decidieron que esas embarcaciones podrían crecer, ser buques de transporte, herramientas de conquista en las guerras y elementos de observación oceanográfica para adentrarse en el maravilloso espacio acuático.



Aplicando el Principio de Arquímedes en la ingeniería de barcos, se puede afirmar que el aire que ocupa el casco del barco pesa menos que el volumen de agua que ocuparía, aunque el fuselaje del barco sea de madera o de acero. En consecuencia, la densidad, y por lo tanto el peso, de esa masa de agua, es superior a la del barco. De esta forma se obtiene una premisa fundamental sobre la flotabilidad de cualquier embarcación.

Sobre la base de lo anteriormente expuesto, se puede decir que el Principio de Arquímedes es la llave de la navegación moderna y contemporánea. Del mismo modo, los submarinos se encuentran fuertemente condicionados por este precepto. El submarino se mantiene en superficie por medio del aire que existe en los lastres, los cuales son una especie de tanques que rodean al casco resistente y están en comunicación con el mar por su parte inferior. Al recibir la orden de "¡Inmersión!", desde el interior se abren las ventilaciones o tapones, permitiendo salir el aire y entrar el agua por la parte inferior, llenándose de agua, lo que hace que se sumerja el submarino, pasando a tener un peso igual al desplazamiento de agua. El submarino para aumentar o disminuir su profundidad no precisa meter ni sacar agua, basta con tomar inclinación a bajar o subir.


Se observa que en inmersión se navega con las ventilaciones de los lastres cerradas. Al recibir la orden de "¡Superficie!" desde el interior del submarino se soplan los lastres con aire comprimido, desalojando al agua por la parte inferior y restableciendo la flotabilidad.


La llave de Arquímedes se extiende también a la naturaleza, en concreto hacia la flotabilidad de los icebergs. En estado de congelación, las moléculas del agua se estructuran de una forma compacta, de tal forma que cada una está rodeada de otras cuatro moléculas entrando en juego el enlace de hidrógeno. Cuando el hielo se licua, la energía vibratoria de las moléculas rompe parte de esta ordenación estructural permitiendo que algunas moléculas estén más apelmazadas, y tengan por tanto una densidad mayor. La consecuencia de esto es que, a diferencia del resto de sustancias, el agua congelada, que es más ligera, no se hunde por completo en el agua líquida sino que una parte queda flotando por encima del agua, permaneciendo sumergido el resto tal como se puede observar en los icebergs.


En término medio, el volumen de iceberg sumergido vale exactamente el 92% del volumen total, quedando en la superficie un 8% del volumen restante que es el que ven los barcos cuando divisan un iceberg.

La consecuencia de este fenómeno es de vital importancia para la vida en nuestro planeta. Si el agua se comportase como una sustancia más, cuando llegase el frío invierno la superficie de lagos y mares sería la primera en enfriarse, y al aumentar por tanto su densidad, descendería más y más desplazando el agua más caliente hacia arriba para que también se fuese enfriando, de tal forma que finalmente todo el agua congelaría cuando alcanzase los 0º C, convirtiéndose en un gran bloque compacto de hielo. La profundidad de este bloque, unido a la propia capacidad aislante del hielo, provocaría que no fuese suficiente el calor de las estaciones más cálidas para derretir una masa de hielo tan profunda y únicamente lo haría una fina capa superficial que aislaría al resto.

La llave de Arquímedes también tiene validez en el mundo de la aerostática. Desde un punto de vista mecánico, la diferencia fundamental entre líquidos y gases consiste en que estos últimos pueden ser comprimidos. Su volumen, por tanto, no es constante y consiguientemente tampoco lo es su densidad. Teniendo en cuenta el papel fundamental de esta magnitud física en la estática de fluidos, se comprende que el equilibrio de los gases haya de considerarse separadamente del de los líquidos.



El Principio de Arquímedes conserva su validez para los gases y es el responsable del empuje aerostático, fundamento de la elevación de los globos y aeróstatos. Sin embargo, y debido a la menor densidad de los gases, en iguales condiciones de volumen del cuerpo sumergido, el empuje aerostático es considerablemente menor que el hidrostático.

En resumen, lo que una vez un hombre sabio e inteligente descubrió como fruto de una casualidad y lo expresó en un principio fundamental, es en esta sociedad moderna una de las llaves más importantes de la puerta que conduce al progreso actual. A mi juicio, el Principio de Arquímedes ha sido, es y será una ley invariable e inmutable frente al vertiginoso paso del tiempo.


Fuentes relacionadas en este blog

Breve biografía de Arquímedes.
El principio de ArquímedesEureka.
[VIDEO] La verdadera historia detrás del Eureka.

Principio de Arquímedes

La anécdota más conocida sobre Arquímedes, matemático griego, cuenta cómo inventó un método para determinar el volumen de un objeto con una forma irregular. Según a Vitruvio, arquitecto de la antigua Roma, una nueva corona había sido fabricada para Hierón II, tirano gobernador de Siracusa, el cual le pidió a Arquímedes determinar si la corona estaba hecha de oro sólido o si un orfebre deshonesto le había agregado plata. Arquímedes tenía que resolver el problema sin dañar la corona, así que no podía fundirla y convertirla en un cuerpo regular para calcular su densidad.

Mientras tomaba un baño, notó que el nivel de agua subía en la tina cuando entraba, y así se dio cuenta de que ese efecto podría usarse para determinar el volumen de la corona. La corona, al ser sumergida, desplazaría una cantidad de agua igual a su propio volumen. Al dividir la masa de la corona por el volumen de agua desplazada, se podría obtener la densidad de la corona. La densidad de la corona sería menor si otros metales más baratos y menos densos le hubieran sido añadidos. Entonces, Arquímedes salió corriendo desnudo por las calles, gritando "¡Eureka!" (en griego antiguo: "εὕρηκα" que significa "¡Lo he encontrado!)".

En su tratado sobre los cuerpos flotantes, aparece el principio de hidrostática conocido como el principio de Arquímedes. Este plantea que todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un empuje vertical y hacia arriba igual al peso del volumen de fluido desalojado.



¡Eureka! Pensar en el baño. 

La tradición nos dice que fue en un baño público donde Arquímedes descubrió el famoso principio que lleva su nombre.

Fuentes relacionadas en este blog

Breve biografía de Arquímedes.
El milagro de Arquímedes: Los barcos.
[VIDEO] La verdadera historia detrás del Eureka.

Arquímedes de Siracusa

Archimedes, Doménico Fetti (siglo XVII)

Nació en Siracusa (Sicilia) en el año 287 a.C. y murió en 212 a.C.

Fue un matemático griego, físico, ingeniero, inventor y astrónomo. Aunque se conocen pocos detalles de su vida, es considerado uno de los científicos más importantes de la antigüedad clásica. Entre sus avances en física se encuentran sus fundamentos en hidrostática, estática y la explicación del principio de la palanca. Es reconocido por haber diseñado innovadoras máquinas, incluyendo armas de asedio y el tornillo de Arquímedes, que lleva su nombre. Experimentos modernos han probado las afirmaciones de que Arquímedes llegó a diseñar máquinas capaces de sacar barcos enemigos del agua o prenderles fuego utilizando una serie de espejos.

Se considera que Arquímedes fue uno de los matemáticos más grandes de la antigüedad y, en general, de toda la historia. Usó el método exhaustivo para calcular el área bajo el arco de una parábola con el sumatorio de una serie infinita, y dio una aproximación extremadamente precisa del número Pi. También definió la espiral que lleva su nombre, fórmulas para los volúmenes de las superficies de revolución y un ingenioso sistema para expresar números muy largos.

Inscribiendo polígonos regulares en la circunferencia #Arquímedes aproximó a Pi con un error menor al .04 %
Posted by James Tesen Garay on lundi 21 juillet 2014

En el año 212 a.C., Siracusa fue conquistada por los romanos. Un grupo de soldados romanos irrumpió en la casa de Arquímedes al que encontraron absorto trazando en la arena complicadas figuras geométricas. "No tangere circulos meos" (No toquéis mis círculos), exclamó Arquímedes en su mal latín cuando uno de los soldados pisó sobre sus figuras. En respuesta, el soldado traspasó con su espada el cuerpo del anciano Arquímedes.

Enunció el principio de la palanca: "Dadme un punto de apoyo y moveré la Tierra".

Grandes historias de la ciencia que nunca sucedieron

Galileo nunca lanzó objetos desde la Torre de Pisa y a Newton no se le ocurrió su teoría de la gravedad viendo caer una manzana de un árbol del jardín de su casa

La verdad siempre tiene las de perder enfrentada a una buena historia, también en ciencia. O particularmente en ciencia, donde los laboriosos procesos necesarios para alcanzar los resultados más fascinantes suelen carecer de la épica habitual en los relatos de éxito. Esta es una de las enseñanzas del libro de Alberto Martínez Secretos de la ciencia, en el que este profesor de Historia de la Universidad de Texas en Austin (EEUU) desmonta algunos de los mitos más populares de la historia de la ciencia.


Un supuesto sucesor del árbol del que cayó la manzana que inspiró a Newton en Cambridge

Galileo sobre lo alto de la Torre de Pisa

Una de las anécdotas más conocidas en la narración del progreso científico coloca a Galileo Galilei en lo alto de la Torre de Pisa. Abajo observaba un amplio grupo de estudiantes y catedráticos medievales que asumían de forma acrítica los postulados de Aristóteles, que afirmaba que un objeto caía más rápido cuanto mayor era su peso. Para demostrar que el venerado filósofo griego no tenía razón, el astrónomo lanzó dos objetos de distinto peso que cayeron al mismo tiempo y dejaron en evidencia a las luminarias que no habían sido capaces de poner a prueba una idea errónea con 2.000 años de antigüedad.

La historia de la Torre de Pisa capturó la imaginación de la gente porque transmitió la ilusión dramática de que, en un instante, un joven osó retar una tradición arbitraria de siglos y gracias a un experimento exitoso mostró de repente la verdad. Gente de tanto prestigio y un sentido crítico demostrado como el Nobel de Física Leon Lederman asumía la historia y la consideraba el primer gran éxito publicitario de la ciencia. Sin embargo, los hechos comprobables no permiten afirmar que la escena sea siquiera real.

Galileo durante sus últimos años, entre 1639 y 1642. Viviani escribió su libro entre 1654 y 1657 y describía hechos sucedidos seis décadas antes que no presenció. Viviani decía que el astrónomo había mencionado el experimento en su obra Dos nuevas ciencias, pero la realidad es que allí Galileo no cita ninguna torre en concreto y se refiere solo a experimentos del pensamiento.

En De Motu, Galileo comentaba lo absurdo de creer que si desde una torre se lanzan dos piedras, una del doble de tamaño que la otra, cuando la más pesada toque el suelo la otra estará aún a mitad de camino. Sin embargo, aunque mencionaba experimentos con objetos lanzados desde torres, no habló específicamente de la de Pisa o de experimentos concretos. Además, tampoco existe ningún registro de estudiantes o profesores de la época que hablasen de experimentos similares a los que llevó a cabo Galileo hacia 1590.

Por último, frente al mito de Galileo abriendo los ojos a la academia italiana en un solo experimento espectacular, se sabe que antes de su nacimiento otros habían trabajado con conceptos similares sobre la gravedad. En 1544, el humanista Benedetto Varchi ya escribía sobre pruebas que ponían en duda las opiniones tradicionales que relacionaban el peso del objeto con la velocidad de su caída; y en 1576 el matemático Giuseppe Moletti hizo experimentos que mostraban que objetos del mismo material pero distinto peso caían a la vez.

La ironía de este mito es, según señala Martínez, que mientras la historia trata de ridiculizar a los filósofos que creían ciegamente en la autoridad de Aristóteles, en realidad muestra la credulidad de gente que repite esta historia y su disposición a creer en base a la autoridad.

Por cierto, no existen registros de estudiantes o profesores que viesen a #Galileo lanzando objetos desde la Torre de Pisa. #DatosNetos
Posted by James Tesen Garay on samedi 14 février 2015

El mito de la manzana de Newton

Otra de las historias clásicas que desmenuza Martínez en su libro es la que explica el momento de inspiración en que Isaac Newton parió la idea de la gravitación universal. Parece que la fuente de este posible mito fue el propio Newton. El 15 de abril de 1726, había cenado en su casa de Woolsthorpe con su amigo William Stukeley. Tras la comida, salieron al jardín y el científico le contó cómo sesenta años antes, en ese mismo lugar, obtuvo inspiración para pensar sobre la gravitación universal al ver caer al suelo una manzana.

Esa historia llegó a oídos de Voltaire, que visitó Inglaterra en 1727 y la difundió en sus escritos. En 1760, incluso el matemático Leonard Euler decía que si la manzana no hubiese caído en la cabeza de Newton, seguirían viviendo en la misma ignorancia sobre el movimiento de los objetos celestiales.

Martínez reconoce que, aunque es posible que Newton viese caer aquella manzana, “la historia tiene la forma de un mito”. Se trata, como en el caso del experimento de Galileo con las esferas en la torre de Pisa, de una gran transformación que sucede en un instante mágico de inspiración. Por un lado, ni Voltaire ni otros autores que reflejaron el momento de la manzana explicaron cuál fue su secuencia de razonamiento que le llevó de esa visión a formular la teoría de la gravitación universal. Existen, sin embargo, numerosos manuscritos que documentan el proceso gradual de Newton hasta llegar a una formulación matemática que cambió el mundo.

Además, la idea de que había alguna fuerza que atraía los objetos hacia el centro de la Tierra llevaba tiempo rondando a algunas mentes privilegiadas. En 1609, casi 60 años antes de la epifanía de Newton con la manzana, el astrónomo alemán Johannes Kepler ya mostraba cierta comprensión sobre la gravitación y su efecto sobre las mareas. “Si la Tierra dejase de atraer el agua hacia sí misma, todas las aguas se elevarían y se incorporarían a la Luna [...] Por lo tanto, si la virtud atractiva de la Luna se extiende a la Tierra se deduce con más razón que la fuerza atractiva de la Tierra se extiende a la Luna y mucho más allá”, escribía.

Estos son solo dos ejemplos de la manera en que la ciencia construye sus mitos y de cómo incluso científicos egregios, que saben que los descubrimientos no suelen ser fruto de un instante mágico de inspiración, los asumen sin cuestionarlos. En su libro, Alberto Martínez pone en duda la veracidad de otros clásicos de la ciencia. ¿Le inspiraron a Darwin los sinsontes de las Galápagos? ¿Contribuyó la esposa de Einstein a sus teorías? ¿Hizo volar Benjamin Franklin una cometa en una tormenta para estudiar la electricidad? Las respuestas y el modo de conseguirlas son también una muestra de los vicios de la ciencia y de sus virtudes.

Fuente recogida de: Materia (repec. Science Secrets The Truth about Darwin’s Finches, Einstein’s Wife, and Other Myths).

Y voy a recomendar un artículo de Francisco R. Villatoro, donde tiene una muy nutrida fuente referente en Newton y la historia de la manzana (verdadero o falso).

Solsticios y Equinoccios (Incas)

Solsticio (Incas)

Nuestros antepasados empezaron a leer la inmensa cartografía de las estrellas antes de escribir en la arena. Desde todos los confines, subidos en montes y atalayas, los antiguos astrónomos, quienes también eran magos, descubrieron la ruta de las constelaciones y calcularon, con sorprendente exactitud, el calendario de los solsticios y equinoccios.

Estas destrezas se tradujeron a la hora de la siembra y la cosecha, cuando, después de ser nómadas, pasaron a aprovechar la agricultura. Una época importante fue el solsticio de junio -Imbabura, por estar en el hemisferio norte le corresponde el solsticio de verano- donde el agradecimiento a la Madre Tierra por los dones recibidos aún pervive en una fiesta que, aunque tiene muchos nombres, posee un símbolo: la fecundidad. Este es el sentido de la fiesta del Solsticio de junio, llamada desde hace dos décadas Inti Raymi (fiesta del sol).

Esta celebración solar no es exclusiva de los incas, como parecen creer quienes alientan esas reminiscencias, olvidando que los caranquis, señorío étnico que construyó más de 5.000 tolas desde el Valle del Chota a Guayllabamba, poblaron estas tierras del 500 al 1500 de N.E., antes de las sucesivas invasiones de los cuzqueños y españoles, en el siglo XVI. De allí que el término Inti Raymi, por lo demás declarado patrimonio en Perú, acaso no sea el mejor nombre para estas festividades que, para Imbabura, implican las deidades del tutelar monte Imbabura, dador de agua, así como cascadas, vertientes, ríos y árboles.

Obviamente una fiesta no es estática, y con la llegada de los nuevos dioses católicos, estos se incorporaron incluso con sus propios santos. La fiesta del Solsticio, además, es un ritual donde se evidencia la transformación de estas sociedades microrregionales no exentas de principios de reciprocidad y redistribución, donde los priostes se confunden con los aya humas.

Sin embargo, en la fiesta sobrevive uno de los elementos que modificaron la historia de la humanidad: el fuego. No es descabellado dar un nombre: Nina Raymi, Fiesta del Fuego, después de todo aún las hogueras se encienden, entre el olor de la pólvora de los castillos mientras los danzantes suben y bajan colinas. Para volver a los orígenes no hay que olvidar que los antiquísimos pueblos encendían hogueras interminables para pedir al Sol que no se alejara del firmamento y, como todos los años, vuelva para que germine la vida, en el eterno ciclo que va de las cenizas, con la quema de los rastrojos, a la semilla que, para el caso de los caranquis, era y sigue siendo el maíz.


Inti Raymi.jpg
Inti Raymi (Festival of the Sun) at Sacsayhuaman,Cusco

Equinoccio (Incas)

Nuestros antepasados ​​construyeron los primeros observatorios para seguir el progreso del sol. Un ejemplo es en Machu Picchu en Perú, donde la piedra Intihuatana, que se muestra más arriba, se ha demostrado que es un indicador preciso de la fecha de los dos equinoccios y otros períodos celestes significativos. La palabra Intihuatana, por cierto, significa literalmente para atar el sol.

Hoy en día, sabemos que cada equinoccio y solsticio es un evento astronómico, causada por la inclinación de la Tierra sobre su eje y órbita incesante alrededor del sol.

Debido a que la Tierra no está en órbita en posición vertical, sino que está inclinado sobre su eje por grados de 23 y medio, hemisferios norte y sur lugares comerciales de la Tierra a lo largo del año en recibir la luz del sol y el calor más directamente.


Intihuatana en Machu Picchu.

Fuentes relacionadas en este blog

Logaritmos: mucho más naturales de lo que parecen



Los que hayan tratado con ellos estarán de acuerdo conmigo en que cuando se enseñan por primera vez (en la SECUNDARIA normalmente) a más de uno le acarrean dolores de cabeza y confusiones. ¿Por qué tenemos que aprender logaritmos?

No me voy a meter en el eterno debate de qué es cultura y por qué es mejor saber ciertas cosas, pero si que pondré algunos ejemplos.

Usando las funciones logarítmicas

El poder de los logaritmos consiste en su utilidad para resolver ecuaciones exponenciales. Algunos ejemplos incluyen sonido (medidas de decibeles), terremotos (escala Richter), el brillo de las estrellas y química (balance de pH, una medida de acidez y alcalinidad).

Caso 1: Veamos la escala Richter, una función logarítmica que se usa para medir la magnitud de los terremotos. La magnitud de un terremoto se relaciona con cuánta energía libera. Instrumentos llamados sismógrafos detectan el movimiento de la tierra; el movimiento más pequeño que puede detectarse en un sismógrafo tiene una donde con amplitud Ao.

A – la medida de la amplitud de la onda del terremoto

Ao – la amplitud de la onda más pequeña detectable (u onda estándar)

De aquí puedes encontrar R, la medida en la escala de Richter de la magnitud del terremoto usando la fórmula:


La intensidad de un terremoto típicamente se mide entre 2 y 10 en la escala de Richter. Cualquier terremoto que se registra por debajo de 5 es un terremoto menor; pueden mover un poco el suelo, pero normalmente no son lo suficientemente fuertes para causar algún daño. Los terremotos que miden entre 5 y 7.9 en la escala de Richter son mucho más severos y cualquier terremoto por encima de 8 causará mucho daño. (El grado más alto jamás registrado para un terremoto fue de 9.5, durante el terremoto de 1960 en Valdivia, Chile.)



Una diferencia de 1 punto en la escala Richter corresponde a una diferencia 10 veces la amplitud en la amplitud del terremoto (que se relaciona con la fuerza de la onda). Esto significa que un terremoto que mide 3.6 en la escala de Richter tiene una amplitud 10 veces más grande que uno que mide 2.6.

Caso 2: Veamos de nuevo el ejemplo anterior. En ese ejemplo, la amplitud de onda del terremoto fue 392 veces la normal. ¿Que si hubiera sido 10 veces más o 3,920 veces la normal? Para encontrar la medida de ese tamaño de terremoto en la escala de Richter., encuentras el logaritmo de 3920. Una calculadora te da el valor de 3.5932…o 3.6, cuando lo redondeamos a décimas. ¡Un punto extra en la escala de Richter equivale a mucho más movimiento!

El sonido se mide en una escala logarítmica usando una unidad que se llama decibel. La fórmula se parece mucho a la de la escala de Richter:


donde P es la potencia o intensidad del sonido y Po es el sonido más débil que puede captar el humano.

Caso 3: Aquí hay otro ejemplo de los logaritmos usados en contextos científicos. La medida de acidez de un líquido se llama pH del líquido. Está basada en la cantidad de iones de hidrógeno (H+) en el líquido. La fórmula del pH es:

pH = −log[H+]

donde [H+] es la concentración de iones de hidrógeno, dada en una unidad llamada mol/L (“moles por litro”; un mol es 6.022 x 10^23 moléculas o átomos).

Líquidos con pH bajo (hasta 0) son más ácidos que los que tienen un pH alto. El agua, que es neutral (ni ácida ni alcalina) tiene un pH de 7.0.




Caso 4: El brillo superficial, concepto utilizado en astronomía para describir el brillo aparente de objetos astronómicos como galaxias y nebulosas. De nuevo, matemáticamente se define por medio de logaritmos.


Aún así estoy muy seguro de que mucha gente piensa que esto es algo “muy forzado”, algo “que no va con ellos”. ¿Tan seguros están?