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Trayectoria de las etrellas fijas
Si se observa el cielo en una noche despejada durante cierto tiempo, se puede observar que las estrellas no permanecen quietas. Salen por el este y se ponen de nuevo por el oeste. En tiempos remotos, los humanos concluyeron a partir de este hecho que la bóveda visible de los cielos formaba en sí misma una especie de bola hueca bajo el disco celeste, desde el cual los cuerpos celestes se elevan y se vuelven a poner.
Como las estrellas, salvo algunas excepciones, no cambian ni su posición ni su luminosidad relativa, se pensó que las estrellas estaban fijas a este balón y por lo tanto se les dio el nombre latino: “stellae fixae”.
Nadie podía determinar cómo de grande era esta bola celeste, pero se consideró que era inmensamente grande. Los humanos se imaginaban a sí mismos siempre en el centro de la bola, fuera la que fuera su posición exacta sobre la tierra.
Y sin embargo, gira…
Se tardó siglos en reconocer el hecho de que las estrellas no rotan alrededor de la tierra, sino que es la Tierra la que rota en el espacio sobre su propio eje polar.
Las estrellas parecen moverse en el cielo porque la Tierra gira sobre su propio eje. Esta rotación hace que ciertas partes del cielo sean visibles al observador cada 24 horas. (La Tierra tarda 24 horas en hacer una rotación completa)
Por el día, se puede ver que debido a la rotación terrestre el Sol parece salir por el horizonte en oriente, permanece en el cielo durante algunas horas, y de nuevo aparentemente, se vuelve a poner por el horizonte por occidente. Por la noche se puede observar ese aparente movimiento de las estrellas. No sólo se produce el amanecer y el ocaso del Sol. Lo mismo podemos decir de la Luna y también podemos hablar de la salida de la puesta de las estrellas. Lo podemos aplicar naturalmente a todos los cuerpos celestes.
La observación a simple vista
La Luna es el objeto más próximo a nosotros. Sin embargo, si la Luna no está a la vista y los cielos están muy claros, se pueden identificar muchos otros objetos nítidamente. La banda interior de nuestra galaxia, la Vía Láctea, es bastante fácil de reconocer. Dependiendo de la época del año y de la hora del día, se puede identificar a la brillante estrella Sirius, al igual que a los planetas visibles Venus, Júpiter, Mercurio, Marte y Saturno. Las constelaciones ocupan la mayor parte de los cielos y algunas de ellas, que se pueden reconocer muy fácilmente, se pueden distinguir casi inmediatamente. El profano interesado en la materia puede inmediatamente reconocer una u otra de las grandes constelaciones conspicuas, tales como la Osa Mayor u Orión.
Tres simples pasos para identificar los 5 planetas
1.- Diferencia las estrellas de los planetas. Por lo general, los planetas brillas mas que las estrellas. También están mas cerca de la Tierra, por lo que se parecerán mas a un disco que a un punto pequeño.
2.- Busca planetas brillantes. Aunque algunos de los planetas pueden estar en su periodo de aparición, estos pueden ser más difíciles de ver si no son uno de los planetas más brillantes. Júpiter y Saturno siempre serán los más fáciles de ver.
3.- Ten en cuenta que color buscar. Cada planeta refleja la luz del sol de forma distinta. Ten en cuenta qué color buscar en el cielo nocturno.
- Mercurio: este planeta centellea y proyecta un color amarillo brillante.
- Venus: a menudo, Venus es confundido con un ovni porque es grande y plateado.
- Marte: busca un planeta rojizo en el cielo nocturno para encontrarlo.
- Júpiter: Júpiter irradia un color blanco durante la noche. Es el punto de luz más brillante en el cielo nocturno.
- Saturno: este planeta irradia un ligero color blanco amarillento.
Conjunción Luna-Marte: Mes de mayo de 2016 |
Recomendaciones:
Para conocer más sobre el tema recomiendo el blog de El Sofista (@astrosofista).
Para seguir más pasos para reconocer los planetas, seguir en WikiHow.
Eventos astronómicos todo el año en EarthSky.
Excelente blog.
ResponderEliminarComo siempre he sentido interés en el cielo y con el objeto de poder orientarme respecto de la posición de las estrellas, he conseguido mapas muy completos de la bóveda celeste, pero lamentablemente nunca he podido vislumbrar siquiera aquellos trazos que unen una estrella con otra, y considerando que ellos podrían unir cualquier par de estrellas de las que veo, los diseños que aparecen en el mapa podrían situarse en cualquier lado allá arriba. El resultado es que no estoy seguro aún dónde queda la osa mayor, u Orión. Es un ejemplo de cómo la tradición es más importante que la pedagogía: Las constelaciones se dibujan con las estrellas ligadas en segmentos. ¿No habrá un mapa sin los dichosos trazos para que un lego como yo aprenda algo del cielo?
Muchas gracias por dedicar tiempo a esta lectura y a su respectivo comentario. De este modo, lo invito a leer mi último post y video de este personaje "La interminable noche de Evariste Galois": goo.gl/sHK5Vi
EliminarSaludos amigo Sergio, nos leemos siempre.